LA SUSTANCIA DEL MAL (2016)
Luca D´Andrea (Bolzano, 1979)
He dicho ya unas cuantas veces que lo que más valoro de
una obra, sea del arte que sea, es que me entretenga. También otras muchas
cosas, pero una de las principales es esa.
En este sentido el entretenimiento puede ser de muchas clases: obras sin
muchas ínfulas, obras maestras que además de entretener te ofrecen otras muchas
cosas, entretenimientos pausados, de ritmo vertiginoso, mezclas de muchos
géneros… En fin, el tema da para mucho.
Creo que la clase de pasatiempo que ofrece La sustancia del mal
la describe muy bien su autor: “Mis libros son hamburguesas y quiero que sean
las mejores de la zona”. Pues vale. Yo
traduzco esto en: algo rápido y sin más pretensiones que haga pasar un buen
rato. Pero coñe, también buscamos un poco de enjundia al asunto, digo
yo.
Un joven guionista estadounidense acaba de mudarse con su mujer e hija a
los pies de los Dolomitas, los Alpes Orientales. Tras vivir una experiencia
terrorífica en una operación de socorro, se enfrentará de una manera obsesiva y
enfermiza a la resolución de un crimen espeluznante acaecido treinta años
atrás. La intención de que detenga sus investigaciones por aquellos que de
alguna manera directa o indirecta sufrieron por aquel crimen, no hace más que
acrecentar su obstinación por saber más.
La novela esta hecha con los ingredientes perfectos para que devores sus
casi quinientas páginas en no más de tres días. En este sentido no se para
mucho en el retrato de los personajes, salvo en el personaje principal, que es
un sufriente de los estragos que ha causado el accidente montañoso en su
psicología. El resto son comparsas utilizados para hilvanar una historia cuyo
interés principal es buscar el culpable del crimen colectivo que tuvo lugar en los
años ochenta. En este sentido el misterio engancha y ese el mérito principal
del autor. La historia transcurre a una velocidad apabullante, con aventuras
por la nieve y algún que otro tinte sobrenatural. Me leí el libro en un par de
días sin pestañear, y todavía no se por qué, ya que entusiasmar, entusiasmar,
como que no. Cosas raras que pasan.
EL LIBRO DE LOS ESPEJOS (2017)
E.O. Chirovici (1964)
El libro de los espejos es una novela muy bien escrita que nos cuenta
una historia bastante atrayente.
Un agente literario recibe el manuscrito de un tal Richard Flynn, que es
una especie de biografía inacabada con asesinato de profesor de universidad famosillo
de por medio. Como se siente intrigado por el final y encima ve que puede ser
una oportunidad de negocio para una editorial, encarga a un periodista que
busque las piezas del puzzle que faltan con la intención de sacar una novela
con la resolución del caso.
La historia se cuenta en tres tiempos, con tres personajes diferentes,
Peter Katz, el agente literario; John Keller, el periodista y Roy Freeman, el
detective que llevó el caso en sus orígenes.
La memoria y los recuerdos juegan un papel muy importante en esta novela
y el escritor saca mucho jugo a estos temas, ya que no sabemos si lo que nos
están contando algunos personajes es real o imaginario. Es más, en la novela,
el profesor de psicología alude a que muchos de nuestros recuerdos no son
vividos realmente, y que a veces los creemos así, pero que son solo hechos que
nos han contado otras personas.
Chirovici teje una trama que se va complicando y que parece no tener
lógica para los que la investigan. Los personajes están muy bien compuestos y
cada uno tiene su importancia en la historia.
Es una novela elegante, ambigua, con una gran dosis de suspense. Lo que
se llamaría hoy un thriller psicológico. Habla de la posibilidad de reescribir
nuestra propia realidad, de borrar recuerdos que no queremos para sustituirlos
por falsos acontecimientos. En definitiva, habla de las posibilidades de la
mente y la memoria.
En este tipo de libros el final es muy importante, pero con la sana intención de no tratar desvelar nada, prefiero
que si alguien lee el libro juzgue por sí mismo.
Por último tengo que aludir a algo que hacía tiempo que no me pasaba: he
dejado un libro a medias. Se trata de una novela negra francesa, galardonada con
numerosos premios que supone según un comentario que se puede leer en la solapa
del libro: “Un soplo de aire fresco en la novela negra. Un festival literario”.
Pues yo lo siento, pero el festival no lo he visto por ninguna parte. También
promete misterios que atrapan y mucho humor. Tampoco he sentido ni lo uno ni lo
otro. Se trata de La brigada de Anne Capestan de Sophie
Hénaff. Aunque la han comparado con
Fred Vargas, y su inigualable e indescriptible detective Adamsberg, bueno tengo
que decir que para mí no hay color. Y fíjate que me da rabia, porque
últimamente tengo un idilio con los autores franceses y sus novelas sean del
género que sean. Pero bueno, ahí se ha quedado, soterrada debajo de un sinfín
de libros (los estoy empezando a apilar en montones, que Dios me perdone,
porque me faltan estanterías).